miércoles, 13 de octubre de 2010

¿Qué es?: La Motivación en la Educación

La motivación en la educación constituye uno de los factores psico-educativos que más influyen en el aprendizaje. Esta no se restringe a la aplicación de una técnica o método de enseñanza en particular, por el contrario, la motivación escolar conlleva una compleja interrelación de diversos componentes cognitivos, afectivos, sociales y de carácter académico que se encuentran involucrados y que de una u otra forma tienen que ver con las actuaciones de los alumnos como la de sus profesores. De igual forma es un hecho que la motivación estará presente en todo acto de aprendizaje y en todo procedimiento pedagógico, ya sea de manera explícita o implícita y sólo podrá interpretarse analizando las incidencias y características propias de los actores y comunidad educativa implicada ( Díaz y Hernández 2002 p. 64 )
Los factores que determinan la motivación por aprender y el papel del profesor están dados en el plano pedagógico donde la motivación significa proporcionar o fomentar motivos, es decir, estimular la voluntad por aprender y en el contexto escolar en donde la motivación del estudiante permite explicar en que medida los alumnos invierten su atención y esfuerzo en determinados asuntos que pueden ser o no los que desean sus profesores, pero en todo caso se relacionan con sus experiencias subjetivas, su disposición para involucrarse en las actividades propuestas ( Díaz y Hernández 2002, p. 69 ).
Se plantea desde la perspectiva cognitiva y humanista que el papel del profesor en el ámbito de la motivación está centrado en inducir motivos a sus alumnos en lo que respecta a sus aprendizajes y comportamientos para realizar las actividades de manera voluntaria, dando así significado al trabajo realizado, de manera que los alumnos desarrollen un verdadero gusto por la actividad escolar y comprendan su utilidad personal y social “motivación por el aprendizaje”.
El dominio de la motivación requiere tanto para el profesor como para su alumno que comprendan que existe interdependencia entre los siguientes aspectos:
a) Las características y exigencias de la tarea o actividad;
b) Las metas o propósitos que se establecen;
c) El fin que se busca con su realización.
Por lo tanto son tres los propósitos que se desean conseguir con la motivación: despertar interés en el alumno y llamar su atención; estimular el deseo de aprender que implica constancia y esfuerzo, dirigiendo estos intereses y esfuerzo hacia el logro del fines.
Por lo tanto se puede decir que el papel de la motivación en el logro del aprendizaje significativo se relaciona con la necesidad de fomentar en el alumno el interés y el esfuerzo necesario, siendo la labor del profesor ofrecer la dirección y la guía pertinente en cada situación.
Hay ciertos mitos acerca de la motivación escolar los que deben ser definitivamente erradicados. Estos son:
- La motivación escolar es un proceso exclusivamente endógeno, interpersonal, donde intervienen poco los factores interpersonales o sociales.
- La disposición favorable para el aprendizaje es inherte a la personalidad del alumno y está determinado por su ambiente familiar o contexto socioeconómico.
- La motivación es un proceso afectivo, me gusta o no me gusta.
- La motivación es un proceso que se origina al inicio de una actividad o tarea del aprendizaje.
- Para motivar a los alumnos lo más importante es disponer de un buen sistema de recompensa o premio de sus logros.
- Los buenos alumnos están motivados por el aprendizaje en si mismos, los malos estudiantes, por las recompensas externas que pueden obtener.
- Los profesores no son responsables de la motivación de sus alumnos.
- Es poco probable que se llegue a mejorar la motivación por aprender en alumnos con historia de fracaso escolar, con algún tipo de discapacidad, apáticos o ansiosos. ( Díaz y Hernández 2002).

Otros aspectos a considerar a la hora de lograr la motivación escolar son:
Que las actividades propuestas se acerquen más a sus intereses.
En este sentido los autores Carrasco y Basterretche, en su libro Técnicas y Recursos para motivar a los alumnos ( 1997, p.216 al 218 ) proponen lo siguiente:
Las actividades regularse de tal forma que, a partir de lo más fácil, el alumno vaya obteniendo éxitos sucesivos.

El grado de dificultad de la tarea ha de ser el más adecuado favoreciendo el próximo paso de los alumnos. Si la exigencia es poca porque la tarea es percibida como muy fácil, los alumnos pierden el interés. Si la dificultad es excesiva porque la tarea es percibida como muy difícil, pierden así mismo el interés todos los alumnos, especialmente los menos capaces.

Por eso consiste en estimular el esfuerzo y en establecer una dificultad razonable para que una tarea sea posible.
Para que las actividades sean de interés de los jóvenes deben reunir las siguientes cualidades:
  • Que la actividad permita al alumno tomar decisiones razonables sobre como desarrollarla y ver las consecuencias de su elección; 
  • Que la actividad permita al alumno desempeñar un papel activo: investigar , participar, etc.
  • Que la actividad estimule al alumno a comprometerse en la investigación de las ideas y su aplicación a los problemas personales y sociales.
  • Que la actividad implique al alumno con la realidad: tocando, manipulando, aplicando. Etc. 
  • Que la actividad pueda ser cumplida por los alumnos de diversos niveles de capacidad y con intereses distintos. 
  • Que la actividad estimule a los estudiantes examinar ideas, a aplicar los procesos intelectuales en nuevas situaciones. 
  • Que la actividad exija a los estudiantes a examinar temas o aspectos en los que no se detiene normalmente un estudiante. 
  • Que la actividad comprometa a los alumnos a la aplicación y dominio de reglas significativas, normas o disciplina.
 Para lograr dichas actividades se requiere :
- Considerar medios y no fines;
- Ser apropiadas al grado de madurez de los alumnos;
- Han de ser variadas tanto en su contenido como en su forma de realización;
- Deben ser asequibles a las posibilidades de la escuela y del mismo local;
- Deben indicar con claridad lo que hay que hacer;
- Hay que informar exactamente de cómo hay que hacer lo que se pide;
- Hay que exigir constancia en su realización;
- Durante la realización de las tareas es necesario la asistencia y estimulo del profesor a los alumnos;
- Se debe exigir a los alumnos una esmerada presentación de los trabajos que se le asignan;
- No se debe exigir ni más deberes, ni menos, de lo que cada uno puede;
En consecuencia, hay que seleccionar todas las actividades cuidadosamente.
Para lograr los requisitos mencionados anteriormente se requiere de una orientación psicológica, importa fundamentalmente que:
- El alumno este bien motivado;
- Que haya logrado una buena comprensión inicial para que las primeras realizaciones no estén llenas de errores y se obtengan respuestas correctas tan pronto sea posible;

- La repetición necesaria para la fijación automática se haga cuando se ha obtenido la respuesta correcta ( si la reacción no es aún la adecuada, el que aprende no debe solamente repetir, sino buscar nuevas respuestas );
- Los ejercicios deben corresponder al nivel de maduración del alumno.
Para que las actividades logren el éxito deseado deberán darse las siguientes condiciones:
- Deberán estar muy bien relacionados con los objetivos y con el contenido de la unidad que se estudia;
- Deberán ser posibles, tanto en lo referente al tiempo requerido para su ejercitación como en lo que respecta al grado de dificultad que ofrece;
- Deberán ser: variadas, estimulantes e interesantes;
- Deberán estar precedidas de instrucciones completas y adecuadas;
- Deberán proponerse en el momento adecuado ( al comienzo de la clase o de la unidad, en su transcurso, si están relacionadas con una parte de la clase; a su término si el trabajo engloba todo el contexto de la clase o de la unidad );
- Se deberá exigir que los alumnos anoten, por escrito, tanto las tareas como las instrucciones, las cuáles deben escribirse en la pizarra y no sólo dictarse, a no ser que esos datos figuren en hoja impresa que se distribuirán entre los alumnos;
- Se deberá incentivar y motivar intensamente al que aprende, esa motivación dependerá fundamentalmente que el alumno haya captado la naturaleza del trabajo, su valor real y haya sido convencido de que podrá realizarlo porque no se sitúa más allá de su capacidad aunque puede constituir un desafío a su imaginación, creatividad tenacidad;
- Se deberá fijar el plazo de entrega de los trabajos. Una cierta premura tiene poder motivador. Se debe respetar el plazo para no ser injustos con los que han realizado el trabajo dentro del tiempo previsto;
- Se deberá corregir la tarea en el menor plazo posible. Así el alumno se verá beneficiado por el principio de refuerzo ( los errores deben señalarse y analizarse, el trabajo debe ser apreciado y evaluado mediante conceptos, nota o simplemente comentarios, según el profesor juzgue más conveniente para el alumno o la clase). También se puede orientar al estudiante para que él mismo corrija su trabajo, suministrándole el patrón de correción y supervisándolo en esa actividad.
Más valoración del tiempo que los alumnos necesitan para la resolución de problemas.
Los factores que condicionan la metodología son, además, elementos que constituyen el vitae, así como los recursos, el espacio, como también el tiempo. Por ejemplo, si nos proponemos llevar a cabo un nuevo aprendizaje en nuestros alumnos y con ello contamos con un corto espacio de tiempo, es probable que se busque una metodología efectiva a corto plazo aunque en detrimento de cierta calidad del aprendizaje, frente a otra metodología que nos asegure una mayor calidad del aprendizaje, pero que también requiere de otras posibilidades de distribución del tiempo más flexible o amplia.